sábado, 19 de mayo de 2007

La primera anunciación. Ajos y Zafiros (junio 2006)

Yo quiero que ese niño nazca muerto, María,

Poco me importa ser el padre de un salvador

O el santo que acompañe tu vientre

Tocado por las manos ásperas

De un dios egoísta.




Él

Pondrá sobre tu hijo una corona de espinas

Y lo llevará hacia la cruz de los traidores

Lo llamarán:

El Rey de los judíos

Pero antes será arrastrado por su Jerusalén

Y envidiado por Juan, el hijo de tu prima Isabel,

A ser llamado El Bautista

Que tampoco nace aún en esta tierra

Y tiene ya un destino miserable




El Tuyo se llamará Jesús

Y le pedirá a un hombre que lo lleve a la gloria

Rogará a un tal Judas que lo entregue a los fariseos.

Él venderá su deshonra

Por un lugar en la mesa de los apóstoles

Para la eternidad




Y en la hora de su muerte

Tu hijo

Partirá hacia los brazos de su padre con dos ladrones,

Tendrá sed

Y morirá diciendo

Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.



María,

¿Quién te perdonará a Ti en la vejez?

¿Quién te dará otro hijo sin una

Muerte o dolor

Que se anuncie en la boca de un ángel perverso?

¿Quién te dará otro hijo que no sea arrebatado

Para el perdón de nuestros sabios pecados?

Por eso, joven esposa, yo quiero que ese niño nazca muerto.



1 comentario:

Miguel-Angel Zapata dijo...

Dentro del entorno de la novisima poesia peruana "La primera anunciacion" es uno de los libros mas gratificantes y renovadores que he leido ultimamente: es vital e irreverente.

MAZ